jueves, 23 de septiembre de 2010

Jueza Afiuni: "me siento el blanco de las venganzas"

SCZ/Globovisión/ABC de España
El diario ABC de España realizó una entrevista a la jueza María de Lourdes Afiuni. En el texto la corresponsal explica las "humillaciones" que vivió para poder ingresar al INOF: "revisión de su cuerpo, desnuda, saltando tres veces en pelotas como una rana para demostrar que no llevaba nada adentro".


En el texto, la juez Afiuni asegura  no se imagina en un paredón de fusilamiento sino en «algo peor... Me siento el blanco de las venganzas. No he salido de la celda desde hace más de nueve meses por temor a que atenten contra mi vida. La palabra de Chávez funciona como una orden. Y en esta prisión hay veinticuatro mujeres que yo he sentenciado en los tribunales».

Lea el texto completo:


Entrar en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), más conocido como la cárcel de mujeres de Los Teques, a una veintena de kilómetros de Caracas, no es tarea fácil ni para el familiar de una presa.

Para llegar a la celda número dos de ese centro penitenciario, que la juez María Lourdes Afiuni ocupa desde hace más de nueve meses, esta corresponsal se hizo pasar por una de sus familiares. Y se sometió a una humillante revisión de su cuerpo, desnuda y saltando tres veces en pelotas como una rana para demostrar que no llevaba nada dentro. Y vio marcar su brazo con el número 406, como si entrara en un campo de concentración.
«Un mundo sin miedo», del juez español Baltasar Garzón, es el libro de cabecera de María Lourdes Afiuni, de 47 años. La juez acaricia el ejemplar, asegura que el autor es «su novio» y lo guarda bajo su almohada en la celda de tres por tres metros que le asignaron el 10 de diciembre de 2009. Ese día había liberado al empresario Eligio Cedeño para que fuese juzgado en libertad, según dicta la ley.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se ha convertido en su principal verdugo y la ha sentenciado «no a la pena máxima de treinta años sino a treinta y cinco años si pudiera». La juez se siente «una víctima, perseguida y presa política» del mandatario. Se enfrenta a las acusaciones de los presuntos delitos de corrupción, abuso de poder, facilitar la evasión y acción para delinquir, ninguno de los cuales ha podido ser demostrado en el juicio que le siguen.
«Chávez ha usurpado las funciones del Poder Judicial sin conocimiento de causa y para mí es grave que un jefe de Estado haga eso», asegura Afiuni. En tres ocasiones, el mandatario venezolano ha afirmado: «¿Cómo es posible que una juez se preste a esa vagabundería de liberar a Eligio Cedeño? Está bien presa y pido que se le aplique todo el peso de la ley. Hay que pasarla por las armas. Ella es una delincuente».
La juez venezolana no se imagina en un paredón de fusilamiento sino en «algo peor... Me siento el blanco de las venganzas. No he salido de la celda desde hace más de nueve meses por temor a que atenten contra mi vida. La palabra de Chávez funciona como una orden. Y en esta prisión hay veinticuatro mujeres que yo he sentenciado en los tribunales».
María Lourdes Afiuni alega que liberó al banquero Cedeño para que fuese enjuiciado en libertad. «Llevaba tres años preso sin juicio y la ley permite sólo dos años. Cuando leí su expediente me di cuenta de que era un preso político y perseguido del Gobierno. Posteriormente la Interpol de Francia emitió un procedimiento en el que yo y Eligio Cedeño éramos unos perseguidos políticos y sacó al empresario de la alerta roja».
En abierta rebeldía, agrega que «he invocado el artículo 350 de la Constitución y he desconocido al juez que ya tiene una sentencia lista en la que me condena a más de diez años de prisión por tres delitos que no han podido comprobarse».
Ayuda internacional
La juez venezolana tiene esperanzas de que los organismos internacionales intercedan por ella. Ya el Congreso español y el Parlamento Europeo se han pronunciado a su favor. También se ha inscrito como candidata independiente en las legislativas del próximo domingo, porque todavía no se ha concretado su condena.

Sabe que está limitada para hacer campaña si no puede salir de la celda ni para tomar el sol. «Sólo cuento con la ayuda de las organizaciones políticas que me apoyan y Twitter (hay más 36.000 seguidores) para difundir mis mensajes.

El presidente, con su “chávezcandanga”, también me sigue, pero lo he bloqueado».
Si sale electa como diputada trabajará con «fervor y pasión», afirma. Pero antes reclama a las autoridades venezolanas que le dejen acceder a la atención sanitaria, pues desde el pasado febrero sufre un fuerte dolor en las mamas, que teme que pueda ser un tumor.

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